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04 noviembre, 2013

Viajar en metro

Viajar en el metro de Madrid una mañana en hora punta puede ser una aventura en toda regla... Creo que va, al menos en parte, un poco en función de cómo hayas amanecido y, por lo tanto, del nivel de paciencia y de buen rollo que hayas integrado en tu cuerpo al despertar...
Empujones, gritos, pisotones y el desarrollo de una nueva habilidad propia que antes  no conocías y que consiste en saber encajarte (cual pieza de puzzle) en un lugar en el que no hay sitio para ti... Esto también depende del día... algunos puedes permitirte el lujo de ir leyendo o de agarrarte a una barra para no morir en el intento y, otras... no hay forma humana de moverte de la posición en la que has entrado y tienes que viajar el trayecto que sea con confianza y pensando que, vas tan apretujado, que aunque el tren pegue un frenazo, el resto de viajeros (esos que tienes rodeándote por todas partes) no te dejarán caer...
Nunca sabes lo que te vas a encontrar, pero suele ser frecuente una discusión entre dos personas porque una ha empujado a la otra (como si se pudiese evitar algunas veces) o que alguien pille a otro alguien robando y le desmonte el "tinglao" delante de todos los allí presentes...  También es frecuente ver la sonrisa de algún niño que trata de hacerse un hueco o el ver que todavía queda buena gente que cede su asiento a una persona mayor que no sabe cómo acoplarse en toda esta marabunta... Si viajas siempre a la misma hora y en el mismo trayecto, pronto "conoces" a la gente con la que vas y también suele ser frecuente algún gesto de complicidad o alguna sonrisa que acallan el "buenos días" que soltarías después de meses coincidiendo a diario a las mismas personas.
Diría que a diario me bajo del tren y salgo a la calle quejándome por algo (iba lento, iba muy lleno...), pero también reconozco que, si no fuese así, no sería igual...

¿Y tu? ¿Sueles viajar en metro?

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